domingo, 9 de marzo de 2008

Artículo: Real Madrid 86 - Unicaja 66

Unicaja visita la cancha del líder, el Real Madrid, en un momento de la temporada y en una semana en la que la Euroliga ha cobrado un protagonismo muy destacado como consecuencia de la igualdad en la clasificación, y del difícil partido de la semana que viene frente al CSKA Moscú, que se convierte en decisivo si el Axa Barcelona es capaz de vencer en Roma. Esta situación contrasta con la realidad en la ACB, en la que Unicaja se juega durante las próximas jornadas su puesto en la clasificación, si se mantiene entre los puestos 4 a 8 (la clasificación para Play Offs no parece peligrar) o bien si apura sus opciones de entrar en cuartos como cabeza de serie, y jugar dos partidos en el Martín Carpena, donde el equipo se muestra muy sólido y ofrece más garantías de éxito.

Unicaja presenta hoy como principal novedad en el quinteto inicial a Cabezas, que regresó de su lesión contra el Barcelona, pero que aún se encuentra lejos de su mejor forma. Por parte madridista, sorprende la presencia en pista de Mumbrú junto a Smith, los dos jugadores que el Madrid emplea para el puesto de Alero.

En el primer cuarto, hemos podido observar como Unicaja presentaba una preocupación importante en evitar que los exteriores del Real Madrid pudieran tirar. Se trataba de hasta 4 jugadores (se incluye a Hervelle, por supuesto) con una capacidad muy alta para lanzar de tres, por lo que la defensa se dispone muy abierta. El Madrid ha atacado esta situación buscando el espacio de que disponía Papadopoulos en la pintura. Varios ataques han seguido el mismo patrón, pasando del éxito de los primeros de ellos a la mejora de Santiago en esos 1x1.

No obstante, esta situación defensiva otorga a Santiago demasiada responsabilidad en cerrar el rebote defensivo, algo que se consigue mantener durante los primeros minutos, pero que poco a poco empieza a pasar factura, cuando el Madrid empieza a cargar este rebote de forma decidida.

Por su parte, los primeros ataques de Unicaja han presentado una cierta precipitación, con pérdidas innecesarias, antes incluso de que el Real Madrid formase su defensa, por otro lado caracterizada por los cambios de hombre en la defensa del Madrid, entre jugadores como Mumbrú y Hervelle, capaces de alternar las defensas sobre su par sin que Unicaja pueda obtener una superioridad excesiva.

Otro elemento que debemos destacar por la importancia que presenta para el juego del equipo es la capacidad del equipo de mover el balón y buscar las opciones más importantes. En este sentido, destacamos el buen momento de Daniel Santiago, recibiendo los balones en la distancia donde hace daño, sin precipitación, obteniendo canastas y faltas por partes iguales.

Durante el segundo cuarto, la estructura del Real Madrid cambia, pues la presencia conjunta de Raúl López y Bullock concede al Madrid transiciones más rápidas, prescindiendo de cierto juego en estático, preferentemente sobre su interior, para optar por varias jugadas de bloqueo directo sobre Raúl o sobre Bullock, en el que debemos destacar el escaso acierto de Castle a la hora de pasar correctamente los bloqueos.

La precariedad interior del Madrid, con bajas importantes, obliga a disponer un quinteto pequeño, y optar por un juego rápido, con defensa muy intensa, y salida al contraataque. En este régimen, Unicaja iguala la disposición de los quintetos para evitar los ataques madridistas. Ante esta situación, el partido se mantiene en un régimen de cierto equilibrio, en el que Unicaja ha movido el balón en ataque de forma muy buena, haciendo circular el balón de forma inteligente, pero con muy escaso acierto. Los tiros eran favorables, muy bien buscados y elegidos, pero sin acierto. Por contra, el acierto ofensivo madridista progresaba de forma constante, con una mejora importante en la selección de tiro, pese a que en ningún momento el Real Madrid se mostraba cómodo en sus ataques. El escaso acierto en el tiro obliga a Unicaja a recuperar a Santiago, principal y casi único recurso ofensivo fiable de Unicaja durante todo el primer tiempo.

Cuando el partido se decanta por una igualdad con ligeras ventajas madridistas, llegan los dos últimos minutos del cuarto, en el que Unicaja muestra una cantidad de fallos importantes en ambas canastas. La defensa se ve superada al tiempo que los ataques muestran un grado de precipitación y previsibilidad tan importante que supone una enorme cantidad de pérdidas de balón. De este modo, Unicaja se va al descanso con 9 puntos de desventaja merced a dos minutos terribles.

El tercer cuarto muestra en ambos equipos un juego espeso, en el que el Madrid aumenta su intensidad defensiva, aunque le cuesta cargarse pronto de faltas. Como consecuencia, Unicaja consigue recortar el marcador a través de tiros libres, pero sin conseguir canastas en juego. La precariedad interior del Real Madrid en el día de hoy hace que progresivamente renuncien al juego directo sobre la pintura, reforzando el protagonismo del juego exterior. Aunque en mi opinión, no ha sido ni mucho menos el mejor partido en defensa de Unicaja, el Real Madrid ha presentado un porcentaje muy deficiente en tiros exteriores, lo que hace que Unicaja, con aportaciones puntuales y el juego interior de Ndong llegue a igualar el partido.

El último cuarto, por tanto, comienza con igualdad en el marcador. Unicaja nuevamente vuelve a mostrar las temibles pérdidas de balón. Es un equipo sobre el que interesa forzar 2x1, aumentar la intensidad defensiva, subir las líneas de presión.... pues cuesta mucho no precipitarse y salir de esas situaciones.

Esto permite al Real Madrid darle una ligera ventaja suficiente para recuperar la tranquilidad en el partido. En este momento, ambos equipos recuperan una estructura lógica en cada posición, por lo que Santiago y Papadopoulos vuelven a su particular duelo en la pintura. Si Santiago había dominado hasta este momento, en los minutos decisivos Lazaros muestra su mejor cara haciéndose dominador de la pintura y llevando a su equipo por encima de los 10 puntos.

Se hace innecesario comentar nada de los últimos minutos, pues el carrusel de pérdidas de balón ya es conocido (22 pérdidas), y comentaremos algo más a continuación. Poco o nada se puede salvar de este último cuarto.


Algunos apuntes:

-El problema de las pérdidas es un mal ya frecuente por desgracia en Unicaja. Hablando de este tema, podemos ver algunos puntos. Unicaja sufre muchísimo con los 2x1. Base y pívot son los jugadores que más sufren esta situación. Ello genera malos pases. Otro elemento es la previsibilidad. Si repites algunos ataques penetrando y doblando al mismo jugador y en la misma situación, es posible que alguien corte la línea de pase. Tenemos una jugada de Welsch con pase cortado por Bullock como ejemplo. Además, hay un problema del propio Welsch a la hora de botar ante el rival, pues enseña el balón demasido, no lo protege bien del todo, y ésto anima a los rivales a intentar robarle el balón.

-Daniel Santiago y Boni Ndong se han convertido en protagonistas en la pintura. Ante pívots más pequeños (las faltas han hecho jugar poco a Lazaros), el daño en la pintura es evidente, pero para obtener ese rendimiento es muy importante que el balón les llegue en los momentos y lugares adecuados. El buen movimiento de balón, y el juego entre pívots y desde el poste alto ha permitido a nuestros pívots obtener rendimiento cerca del aro, siendo nuestra principal fuente de anotación.

-Muy interesante el recurso al juego de pies en la pintura de Germán, tanto en el día de hoy como frente al Barcelona. Su emparejamiento con jugadores de corte exterior, aleros altos, de menos peso, muy pendientes de defender su tiro de tres (casos como Mumbrú o Ilyasova). Germán ve frenado su tiro, pero opta por recuperar su juego cerca del aro, de manera que su aportación ofensiva no se vea en ningún momento resentida.


Juan Carlos Sánchez

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