jueves, 20 de diciembre de 2007

Artículo: Cibona 62 - 76 Unicaja

Victoria muy importante que marca el camino de nuestro grupo y nos permite jugarnos en casa el puesto final en un grupo tan igualado arriba que el más mínimo fallo te puede llevar a una "injusta" cuarta plaza. Además, la diferencia final, catorce puntos, ayuda a recuperar el basket-average perdido en Estambul.

Sobre el partido, éste comienza teniendo muy presente que la defensa es la llave de este partido. Así, la Cibona tiene su mayor potencial ofensivo en el exterior, con jugadores como Kelley, Ayuso o Warrem, que conjugan tiro y penetración, amén de un físico privilegiado. Así, la Cibona acostumbra a bloquear fuerte, para tratar de que sus pequeños tengan superioridad. A partir de ahí, al equipo le corresponde bascular para ofrecer más posibilidades al jugador con balón, que tendrá en su mano tirar, penetrar, o en su caso cerrar la defensa con penetración, para doblar el balón, algo que jugadores como Hoskin saben leer muy bien.

De este modo, Unicaja trata de evitar caer en los bloqueos, pero sobre todo evitar que la decisión entre intentar pasar el bloqueo y el cambio de hombre ofrezca tiempo suficiente al rival para arrancar una penetración clara o tirar cómodo. Durante todo el partido, jugadores como Berni Rodríguez han conseguido realizar esta tarea con acierto.

Mientras, nuestro juego interior compuesto por Haislip y Ndong ofrecía una superioridad clara en el rebote, acompañada por el hecho de tener en pista al mejor reboteador de cada puesto del equipo, a salvo Jiménez que estaba en el banquillo. Esta situación ha permitido al equipo algo que es muy importante en ataque; poder salir al contraataque, buscando rápido al base tras rebote. Además, la propia estructura de equipo permitía muchas opciones interiores-exteriores distintas. De este modo, en el primer cuarto el equipo ha movido muy bien el balón, de forma inteligente, buscando abrir el campo, pero aprovechando cualquier superioridad interior, de manera que el ataque estático no permitía nunca a la Cibona formar una defensa, algo que incomoda a nuestro equipo, a salvo jugadores como Santiago o Germán Gabriel.

Ya en el segundo cuarto, aparece en pista una realidad que me preocupa. El equipo empieza a partirse cada vez más entre jugadores con ritmo de juego e inspiración, y jugadores sin él. Preocupa aún más en un equipo como el nuestro, que debe basar su juego en el esfuerzo de jugadores a los que siempre se les exige frescura. Preocupa tener tan marcados los roles de titular y suplente. Y el problema no se encuentra tanto en la defensa, pues el nivel se suele mantener constante, sino en ataque, donde la diferencia empieza a ser preocupante. Jugadores como Popovic, Kus y Jiménez no suponen una amenaza ofensiva real, lo que permite al rival arriesgar con ayudas sobre otros jugadores, que termina por colapsar nuestro ataque. Además, en el segundo cuarto el balón no se ha movido como debería, nuestro juego interior se ha borrado, sin Ndong por descanso y Haislip por faltas, hemos tenido que acudir a Paulao Prestes, al menos para incluir en nuestro esquema una preocupación interior para la Cibona. Además, el peligro de tener a jugadores sin confianza ofensiva es que, las pocas ocasiones en que la jugada genera un tiro claro, se fallan, por lo que Unicaja en ataque se queda sin argumentos. El resultado son sólo seis puntos al final del segundo cuarto ante un equipo que no se caracteriza precisamente por la concentración y la calidad defensiva.

En el tercer cuarto, y una vez que el equipo recupera los jugadores que mayor aportan a día de hoy, vuelva a encontrar el equilibrio, a asegurar el rebote, a correr, a recuperar el balance interior-exterior, y a recuperar la frescura en la toma de decisiones. Incluso en momentos en que la circulación de balón (clave para el acierto de nuestros exteriores) se hacía espesa y poco creativa, el buen momento individual de jugadores como Cabezas, Welsch o el propio Berni (hoy), nos ha permitido irnos con una buena ventaja de siete puntos al final del tercer cuarto. En el lado negativo, el contraste de tener a nuestro mayor potencial ofensivo, Haislip, tantos minutos en el banquillo por faltas, que añade además mayores dificultades en el rebote.

En el último cuarto, empiezan los problemas para cuadrar el equipo, pues en los minutos decisivos, la rotación de Unicaja hoy era demasiado corta, y toda ella ya por encima de los veinte minutos de juego. A día de hoy, los puestos exteriores no tienen relevo, al menos ofensivamente, y en un último cuarto fuera de casa puede costar el partido. Se intenta evitar esta situación, manteniendo a Ndong en pista para tener presencia en la pintura, y a jugadores que puedan completar el equipo como Jiménez o Popovic, que al menos durante ese corto período de tiempo puedan dar defensa y rebote, intentado conservar la renta de siete puntos.

En ese momento, el entrenador rival opta por un recurso, la defensa zonal, muy utilizada por nuestros rivales. En este caso, han empleado una defensa con jugadores pequeños, derivada de la zona 2-3 pero con muchísima atención a las esquinas, que se nos ha atravesado en un par de ataques. A partir de ahí, la respuesta de Scariolo fue introducir nuevamente a Haislip, recuperando el juego interior Hasilip-Ndong, con lo que obligaba a la Cibona a cerrar una defensa muy abierta, recuperando nuevamente el esquema de defensa individual.

A partir de ese momento, Unicaja recupera el equipo inicial para jugar esos minutos, que pronto consigue un colchón de cinco puntos que afianzó la tranquilidad con la que afrontar los minutos finales, recuperando un sistema de juego en defensa y ataque que, cada vez que se podía poner en práctica, nos daba una superioridad grande sobre la Cibona.

Por último, valorar muy positivamente el hecho de dejar a la Cibona en 62 puntos, muy repartidos en todos los cuartos, lo que muestra que defensivamente el equipo sí que cuenta con suficiente rotación, además de estar bien trabajado. El balance a día de hoy no se puede mantener en lo ofensivo, y empieza a ser preocupante.


--Un jugador sobre el que me gustaría comentar algo es Marcus Haislip. Es y debe ser fundamental en el equipo. Su capacidad bajo el aro permite subir un punto nuestro nivel de rebote, ante penetración del rival obliga a dar un pase más, y cuenta con una variedad de recursos ofensivos que pocos jugadores pueden dar. Pero dicho ésto, es inadmisible que un jugador así tenga que pasar tanto tiempo en el banquillo por problemas con las faltas. Ya sabemos de sus dificultades de concentración defensiva, y que eso le cuesta algunas faltas durante el partido. Si tienes ese problema, debes ser especialmente cuidadoso para no regalar faltas innecesarias. Y ahí viene el problema. Su cuarta falta (en ataque sobre Hoskin) era una falta de manual, de las que se ven mucho antes de que las piten. Y un jugador de este nivel debe saber cuándo se puede permitir estas licencias y cuando no, y esa falta le obligó a estar sentado 10 minutos más. Es el "debe" a una buena actuación de la pareja Haislip-Ndong, que aporta muchísimas cosas, menos el juego interior puro, en estático que aporta Santiago. De ahí que ambos sea muy necesario la aportación de ambos, sin que pueda sustituir uno el trabajo del otro.


Juan Carlos Sánchez

1 comentario:

Anónimo dijo...

No está mal para ser tu debut, aunque sé a ciencia cierta que tienes para un nivel muy superior.
No esperarías flores a mansalva el día de tu estreno, ¿verdad?
Gran verdad que no podemos permitirnos el lujo de tener a Haislip tanto tiempo en el banquillo por sus faltas, infantiles a veces.
No podré leer tu crónica del próximo sábado, porque estaré celebrando que me ha tocado la Lotería de Navidad.
Un abrazo Juan Carlos.